UN CUENTO

Érase una vez, un Universo oscuro, un Universo negro, un Universo helado y matemático.

No se sabe por qué, dos estrellas se miraron y se enamoraron.

Tan grande y hermoso fue su amor, que dejaron de describir inefables órbitas alípticas, para dibujarse tiernos corazones entrelazados.

¡¡Se querían tanto!! Pero la distancia era tan grande, que no podían acariciarse, ni besarse. ¡¡Si por un solo instante pudieran estar juntas!!

Pero eso estaba prohibido en un Universo oscuro, en un Universo negro, en un Universo helado y matemático.

Aun asi, no se resignaron a vivir separadas, alejadas por un denso y silencioso vacío; así que decidieron quebrantar la eterna ley del perfecto y ordenado Universo. Con un cómplice guiño, se salieron de sus órbitas, convirtiéndose en dos estrellas fugaces, dirigiéndose a un mismo destino a la velocidad del deseo y del cariño.

Solo querían besarse, sabían que ése sería su primer y último beso, pero a pesar de ello, continuaron vertiginosas su sendero suicida... Hasta que se encontraron, fundiéndose en un luminoso y bello abrazo de AMOR Y MUERTE.

Fue el precio que tuvieron que pagar por quererse en un Universo oscuro, en un Universo negro, en un Universo helado y matemático.

Ellas fueron las primeras, pero si alguna noche de verano, mirando al cielo, ves una estrella fugaz, piensa que en algún lugar hay otra, que están enamoradas y que aunque vivamos, en un Universo oscuro, en un Universo negro, en un Universo helado y matemático, lograrán encontrarse, se besarán por un instante nada más y desaparecerán entre destellos de AMOR Y TERNURA.


jueves, 5 de marzo de 2009

Deseos





Solo sueño con amanecer en tus brazos,
solo así despierto con alegría.
Te miro y cubro mi cara con tus manos
y cobijo tus palabras con mis besos.
Me muero de amor
al ver la luz de la luna iluminar tu rostro,
me reflejo en tus ojos, me pierdo en tu mirar,
quiero que estos instantes duren una eternidad
para seguir soñando
que te tengo a mi lado de verdad...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Son muy bellas las cosas que dices, aunque tristes, eso no le resta su belleza.